
Y liderarla en tiempos de transformación requiere herramientas capaces de mirar más allá del síntoma.
En los últimos años, el ecosistema de organizaciones que luchan por los derechos humanos de las mujeres, comunidades migrantes, LGBTQI+, indígenas, afrodescendientes y la decolonialidad en América Latina (y otras latitudes del Sur Global) ha enfrentado una presión sin precedentes.
Regresiones de derechos post-COVID, la complejidad de los contextos migratorios, la polarización política, la violencia estructural y el agotamiento emocional han desbordado a equipos y liderazgos. Muchas veces, sosteniendo más de lo que les corresponde y con muy poco oxígeno interno para regenerarse.
Y en este escenario, las herramientas tradicionales de fortalecimiento institucional —planes estratégicos, manuales operativos, marcos lógicos— empiezan a quedarse cortas.
Ya no alcanza con ser más eficientes.
Ahora necesitamos ser más sabias. Más presentes. Más sistémicas.
“El éxito de una intervención depende del estado interior de quien interviene.”
— Otto Scharmer (Teoría U)
Lo que está en juego no es solo qué hacemos, sino cómo lo hacemos.
Y, sobre todo, desde dónde lo hacemos.
¿Cómo liderar procesos de transformación profunda sin replicar las mismas lógicas que queremos cambiar?
Ahí se abren dos caminos:
- Seguir igual. Repetir fórmulas. Más de lo mismo, esperando resultados distintos.
- O animarse a mirar distinto. A hacer espacio a lo que no se ve. A transformar desde la raíz.
Navegar la complejidad con otras herramientas
Llevamos años buscando soluciones “efectivas”. Hojas de ruta, estrategias técnicas… más planificación.
Pero muchos de los desafíos más difíciles —los que de verdad duelen— no se resuelven solo con lógica.
Relaciones en constante tensión. Liderazgos que se desgastan. Cansancio estructural. Desconexión del propósito. Ciclos repetitivos que agotan.
Y ahí es donde entra una herramienta poco convencional, pero profundamente transformadora: las constelaciones sistémicas organizacionales.
¿Qué son y por qué importan?
Las constelaciones sistémicas permiten representar una organización como lo que realmente es: un sistema vivo.
A través de representaciones espaciales —físicas o simbólicas— esta metodología hace visible lo invisible: dinámicas internas, tensiones ocultas, bloqueos que no se resuelven en un Excel.
Permiten ver:
- Dónde hay desalineación entre el propósito y la práctica.
- Qué roles están sobrecargados, subrepresentados o fuera de lugar.
- Cómo se relaciona la organización con los recursos, los duelos o los ciclos de cierre.
- Qué vínculos de poder, cuidado o conflicto están pidiendo ser vistos.
- Cómo regenerar la energía del equipo y fortalecer liderazgos conectados a lo esencial.
Este enfoque, inspirado en el trabajo de Bert Hellinger y adaptado al mundo organizacional por referentes como Gunthard Weber, Jan Jacob Stam y Edward Roland, ha demostrado ser eficaz especialmente en contextos de alta complejidad e incertidumbre. No solo identifica los nudos, sino que abre posibilidades concretas de transformación.
No se trata de magia. Se trata de mirar distinto. Y actuar desde otro lugar.
Una propuesta para quienes están listos para transformar, de verdad.
En alianza con Vozes y Samantha Colli (quien escribe este texto), estamos creando propuestas de acompañamiento al “Fortalecimiento Organizacional -Sistémico y Regenerativo-”, integrando coaching en liderazgo sistémico y constelaciones organizacionales para fortalecer a organizaciones y movimientos que ya no se conforman con soluciones superficiales.
Queremos acompañar a liderazgos y equipos que entienden que para transformar el mundo, también necesitamos transformarnos por dentro.
A organizaciones que están listas para:
- Regenerar su energía interna.
- Reconectarse con su propósito profundo.
- Fortalecer liderazgos más humanos y sostenibles.
- Mirar con honestidad lo que necesita cambiar.
- Crear nuevas formas de cuidarse mientras cuidan.
Porque la transformación no empieza en los informes. Empieza en el cuerpo, en las relaciones, en la arquitectura invisible que sostiene (o sabotea) el trabajo.
¿Y si este fuera el momento de mirar distinto?
Si sientes que tu organización necesita un espacio para respirar, revisar, reenfocar y transformar, escríbenos.
¡Estamos listas para acompañarlos!